Había un cielo, yo te miraba desde lo lejos y cuando por coincidencia también me mirabas te hundías conmigo en los mismos ojos. Jugabas, cómplice de mis deseos y de esa palabra que brincaba en tu boca que con tu lengua masticabas y que cuando con los ojos me decías: ¿te veo luego a escondidas? Me encantaba saborear entre dientes de la clandestinidad de tus besos y de cómo me atrapabas con tus brazos entre la puerta. Te veía cerrar los ojos para sentirte menos culpable y yo más sensible, pero cuando tu rostro hervía Y la sangre en tus ojos rojos se veía, yo moría de placer. Había un cielo, raso que nos miraba y unas escaleras que también se hacían cómplice de nuestra complicidad. Una mesa que por debajo de ella misma ya sabía nuestros secretos y una silla que también sintió mi piel erizarse. Yo aún, Puedo recordar tu olor el hervor de tu piel, tus manos blancas buscándome y cuando con furia abrías mi boca más rápido mientras nadie nos
Entradas
Mostrando entradas de septiembre, 2013
- Obtener enlace
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Busco la forma de encontrarte, aunque quizás encuentro mas motivos para no buscarte. Tengo ganas de no volverte a ver y de retenerte siempre como antes cuando no me pertenecías. pero esta vez solo pretendo desenjaularte para que seas libre conmigo cuando quieras. (Hoy pondré todas las canciones que me recuerdan a ti no para recordarte si no para que sepas que no dejo de pensar en ti)