Estoy maniatada a tus miedos vigilando demonios y a tu conciencia que no es tan consciente ni tan decente como tú misma insinúas o imaginas.
Entonces, si me hablas tratas de hundirte en el propio eco de tus palabras porque te arrepientes de a veces hacerlo, lo haces maniobrando la lengua llena de pececitos dorados, te encuentras en el revés de lo que pronuncias y no te entiendes.
Entonces me buscas y me encuentras, porque siempre me encontrarás aunque no lo hagas, porque suelo aparecer cuando tú no esperas o finjo no estar y espero a que me busques… Yo solo cuento con esta patética desaparición que no te huye ¿y tú? tú con todo lo demás.

¿Cuándo te darás cuenta?
 Que este vaivén me está debilitando,
Que esas pequeñas luces de mis ojos ya se están apagando y que me quedare con mi mal humor espiando esperanzas
Yo te diré que te quiero y tú no responderás,
Esa es tu forma de decirme que me quieres, o eso imagino yo, o así me engaño yo.
¿Qué habría ganado el haber intentado respirarte de nuevo?


En el fondo no somos tan distintas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tacna