I

Um Gottes Willem!

De nuevo el insomnio me manda de puntillas hacia el espejo a escribir sobre mi propio reflejo cansado, que se transcriben con manchas, desorden y confusión.

El deseo salvaje de querer dormir incomoda, la muñeca pesa, ahora comprendo que es el resultado de la gravedad, todo cae incluso los parpados ¡venga la ilusión! Ya es hora de descansar.

Me levante de un sobresalto, la brisa del mar aunque siendo muy distante se sentía en toda la casa, esta misma brisa me prevenía de un día frío. Prendí un cigarro a comienzos de mañana, la perturbadora estación del año me golpeaba en los ojos y fui abriéndolos poco a poco. Mi cabello mojado se confundía con el clima y el humo del cigarro se disimulaba con la neblina de la puta mañana.

Cogí el primer carro que hacia parpadear los faros hacia mis ojos llorosos, 6:80 a.m decía el reloj de la Av. Salaverry ¡carajo, llegue tarde de nuevo! Se que hoy será el día de la guerra fría, escogemos las carnes, escogemos los humanos, todos caídos, todos se han rendido, han renunciado por hoy a su lucha habitual. Porque tu raza lo despoja todo, te vuelve inútil ante los ojos de tu pueblo que te creo soso, ignorante, trivial y presumido.

Las horas transcurrieron muy rápido y el tiempo calentó mi cuerpo con una energía terrible de la ironía y la ensoñación de la naturaleza. Era increíble el poder que tenia satanás en la felicidad ficticia (que por dos pesos te compró el alma). De nuevo vuelvo a casa derrotada sin haber luchado, mi cama me coge por la espalda arañándome en silencio. Hoy quiero dormir, pero imagino mucho y ser creativo no cuesta cuando sufres de insomnio, porque pienso en ti, pero no puedo mentirte quizás cuando madures te permita hacerme el amor.

atte.: mi lado frívolo y vanidoso.

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